viernes, 12 de julio de 2019

Selección y Organización de los contenidos Primer Ciclo ETP


Selección y Organización de los contenidos

Las capacidades que los estudiantes del primer ciclo deben desarrollar,  serán las que orientaran el desarrollo de la enseñanza, parte de ese desarrollo será la selección y organización de contenidos. Si bien estos contenidos pueden ser los conceptos y procedimientos, deben garantizar que se genere en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Y para hacerlo, es importante tener una visión más amplia de los mismos, de modo que no se reduzcan a simples enunciados o simples procedimientos, los cuales muchas veces confluyen en saberes temporales y sin significado para nuestros estudiantes. Esto quiere decir que los contenidos deben ser el medio y no el fin para el desarrollo de las capacidades de nuestros jóvenes. La selección y organización de los mismos requerirá recurrir a criterios que se relacionen con el proceso formativo considerando los sujetos de aprendizaje y el nivel o el desarrollo esperable, teniendo en cuenta las capacidades que constituyen unidades inseparables en las que se articulan e integran conceptos, técnicas y métodos y valores.

Estos criterios a tener en cuenta a la hora de seleccionar los contenidos deben referirse, esencialmente, a los aspectos epistemológicos, psicológicos, sociológicos, pedagógicos, e inclusive lúdicos,  los cuales se abren a una variedad de enfoques y opciones múltiples para que los estudiantes de taller del primer ciclo puedan desarrollar plenamente las capacidades.

El criterio epistemológico, hace referencia a la estructura lógica del taller del primer ciclo. Diferenciando los contenidos esenciales de aquellos secundarios y la relación que existe entre ellos. Por ejemplo, un contenido del taller puede tener relación con contenidos de otras áreas como ser las científico tecnológicas o de la formación general, de las que se nutrirá y en las que se fundamentara.



Por ejemplo si los estudiantes taller están desarrollando saberes relacionados a sistemas eléctricos trabajando contenidos del átomo y sus partes, y en relación a los NAP de ciencias naturales de ese año están trabajando el acercamiento a la teoría atómico-molecular y el reconocimiento de sus constituyentes debe haber un criterio lógico institucional en relación a los aportes que estos espacios se harán mutuamente para que los jóvenes puedan desarrollar plenamente sus saberes. Lo que nos pone en situación de ocuparnos colectivamente  de cómo hacer para que estos contenidos se complementen. Otra cuestión a tener en cuenta en esta sensatez epistemológica, es la correlatividad de contenidos a través de los años de estudio de un técnico. Existen contenidos necesarios a trabajar por los estudiantes para poder trabajarlos con más profundidad en años posteriores,  inclusive como base para otros contenidos que se relacionan indirectamente. Un ejemplo muy puntual es en el caso las tecnicaturas duras la materia “Conocimiento de los materiales” que es parte del diseño curricular en el primer año de algunas especialidades en el ciclo superior;  durante el primer ciclo, los estudiantes desarrollan actividades de procesos de fabricación y/o transformación de materiales y no siempre se trabajan contenidos relacionados a las características de los materiales, como tampoco a los tipos de esfuerzos a los que va a estar sometido los productos que surjan de esos procesos de fabricación, cuestiones que son muy importante  generando en los jóvenes saberes previos para poder abordar exitosamente la transición entre los ciclos, en especial en lo relacionado a lo técnico especifico y/o científico tecnológico.


El criterio de representatividad, es importante  para seleccionar los aspectos principales del contenido, así como los autores más destacados en el tema, las fuentes de información y los sitios más relevantes. En muchas ocasiones los docentes preparamos un material de apoyo del espacio de formación o materia del cual somos responsables, en este material se encuentran los aspectos más relevantes que hacen a los contenidos que les estudiantes trabajaran durante la cursada, por lo general este materiales parte de las secuencias didácticas que llevara a cabo sus estudiante, la que deberá alimentarse con distintas fuentes de información a las que los jóvenes tendrán que acceder ya sea durante la apertura el desarrollo e inclusive el cierre de la misma, teniendo en cuenta su relevancia, su naturaleza, su autoridad en la materia de quienes elaboran la información, su nivel de especialización y otras cuestiones que la jerarquizan.


El criterio de especificidad, tiene que ver con lo técnico especifico del taller, en donde existe un conjunto de contenidos y procedimientos  que los estudiantes no trabajarán en otras disciplinas, tal es el caso de la enseñanza de las técnicas, las normas de seguridad, las características de los materiales y otras cuestiones que hacen al saber especifico. En este criterio aparece el denominado tradicionalmente “gesto profesional”, en donde se resalta el valor del uso correcto de las herramientas por parte de los estudiantes, lo cual progresivamente representa una ganancia invaluable en la riqueza que tradicionalmente tenía la formación técnica básica.


Tengamos en cuenta entonces dos principios didácticos que el docente de taller no debiera ignorar, al presentar y enseñar a trabajar con una herramienta dada:

1) Los alumnos pueden aprender por imitación, lo que requiere que los docentes enseñen demostrando prácticamente a su clase el uso correcto de la herramienta.
2) Los alumnos aprenden por descubrimiento. La forma de la herramienta está directamente relacionada con la forma de utilizarla (el “cómo se usa”) y de aplicarla (el “para qué sirve”). El modo en que debe trabajarse con ella (el llamado “gesto profesional”) surge directamente de su forma y ésta está directamente relacionada con el destino que se le da. Por lo tanto, un docente de taller, partiendo de preguntas previamente diseñadas para el fin que se pretende, puede presentar la herramienta necesaria a sus alumnos y alumnas y, a partir de preguntas guía, hacer que los mismos descubran por si solos el modo correcto de usar la herramienta.

La enseñanza del uso correcto de una herramienta sigue siendo de un factor pedagógico invaluable en la formación básica técnica; no solo por cuestiones ergonómicas, de seguridad personal y de conservación de la herramienta en cuestión, sino porque la misma no puede usarse de cualquier manera ni para cualquier cosa.


El criterio psicológico debe tener en cuenta  la significación psicológica (Piaget, Bruner, Ausubel,...), o sea, de la forma que los estudiantes realicen aprendizajes significativos que les permitan ir modulando el conocimiento, los procedimientos y las actitudes de manera coherente.
Los aprendizajes son el resultado de procesos cognitivos individuales mediante los cuales se asimilan informaciones (hechos, conceptos, procedimientos, valores), se construyen nuevas representaciones mentales significativas y funcionales (conocimientos), que luego se pueden aplicar en situaciones diferentes a los contextos donde se aprendieron.
La calidad de estos procesos depende de la interacción entre profesores y alumnos - y entre alumnos- en el taller, a las ayudas que los profesores ofrecen en esos procesos y al grado en que estas ayudas se ajusten a los recursos cognitivos, motivacionales, emotivos y relacionales de que disponen los alumnos y que ponen en marcha para aprender.

La ayuda eficaz del docente no está tanto en sus métodos instructivos como en la continua adaptación y ajuste a las cambiantes características y necesidades del alumnado en su proceso de construcción de conocimientos; no siempre el mismo tipo de ayuda sirve al mismo alumno, y además el alumnado es diverso (Barberà et altri, 2008).


El criterio sociológico debe ser muy tenido en cuenta sobre todo en la  contextualización a fin de tener una referencia social muy clara, y entendiendo a la tecnología como una actividad social, que da respuestas a las demandas de la sociedad. Que los estudiantes conozcan las problemáticas, las necesidades y las características de la sociedad facilita su inserción y responsabilidad social.


El criterio pedagógico tendrá que ver con el desarrollo de un programa de estudios te tenga en cuenta la adaptación de los estudiantes a los nuevos saberes y a la vez que ofrezca una fundamentación teórica consistente.  Promoviendo el debate y a su vez  la posibilidad de ampliación por parte de los implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo tanto este criterio debe hacer llegar a los destinatarios contenidos que tenga en cuenta su adaptabilidad, el desarrollo de una nueva sensibilidad, a la vez que se ofrece una fundamentación teórica consistente. Los contenidos curriculares se conciben abiertos a la discusión y debate críticos y presentan la posibilidad de ampliación por parte de los implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este criterio deberá enmarcase dentro de un enfoque que dan prioridad a la creatividad y al aprender a aprender, esto implica tener el conocimiento y la destreza que se requiere para aprender con efectividad en cualquier situación en la que el estudiante se encuentre. Para aprender a aprender, los estudiantes deben estar motivados, conocer y reconocer sus fortalezas y debilidades, que no es más que saber cómo aprende.


El criterio lúdico es muy importante en el proceso de enseñanza, ya que anima a la participación, el trabajo colectivo, la creatividad y otros principios fundamentales en el ser humano. Toda actividad lúdica sana enriquece, los estudiantes mediante este tipo de actividades comienzan a pensar y actuar  en medio de situaciones que varían, logrando la obtención de resultados en situaciones difíciles.
George Bernard plantea que los entornos lúdicos potencian el aprendizaje, al considerar que: Aprendemos el 20% de lo que escuchamos, el 50% de lo que vemos y el 80% de lo que hacemos. A través de entornos lúdicos en base a la metodología experiencial potenciamos al 80% la capacidad de aprendizaje. Actividades Lúdicas, George Bernard Shaw
“Siempre hemos relacionado a los juegos con la infancia y mentalmente hemos puesto ciertas barreras que han estigmatizado a los juegos en una aplicación seria y profesional, y la verdad es que ello dista mucho de la realidad. Los juegos pueden estar presentes en las  diferentes etapas de los procesos de aprendizaje del ser humano, inclusive en la edad adulta. La enseñanza o re-enfocando el concepto hacia el aprendizaje, no está limitado a los niños, pues los seres humanos nos mantenemos, consientes o no, en un continuo proceso de aprendizaje”. Actividades Lúdicas, George Bernard Shaw
La lúdica fomenta el desarrollo humano, la adquisición de saberes, la conformación de la personalidad, la necesidad del ser humano, de comunicarse, sentir, expresarse y producir emociones orientadas hacia el entretenimiento, la diversión, el esparcimiento, que pueden llevarnos a gozar, reír, gritar o inclusive llorar en una verdadera manifestación de emociones, que deben ser canalizadas adecuadamente por el facilitador del proceso”, bosqueja que la lúdica fomenta el desarrollo psicosocial, la adquisición de saberes y da herramientas para consolidar la personalidad, todo a través de una amplia gama de posibilidades que interactúan el gozo, el placer, la creatividad y el conocimiento.[1]
La Lúdica fomenta el desarrollo psico-social, la adquisición de saberes, la conformación de la personalidad, encerrando una amplia gama de actividades donde interactúan el placer, el gozo, la creatividad y el conocimiento. Es la atmósfera que envuelve el ambiente del aprendizaje que se genera específicamente entre maestros y alumnos, docentes y discentes, entre facilitadores y participantes, de esta manera es que en estos espacios se presentan diversas situaciones de manera espontánea, las cuales generan gran satisfacción, contrario a un viejo adagio "la letra con sangre entra". Actividades Lúdicas, George Bernard Shaw
La lúdica didáctica en la educación técnico profesional debe basarse en una  técnica participativa encaminada a desarrollar en los estudiantes métodos de dirección y conductas y estrategias correctas, propicia la adquisición de conocimientos técnicos y el desarrollo de habilidades profesionales y además contribuir al logro de la motivación por las asignaturas y la especialidad. En el primer ciclo de nuestra ETP, el ambiente de aprendizaje es propicio para “Jugar a ser Tecnólogos” a fin de resolver un problema tecnológico que dé respuesta a una determinada demanda social. El o los docentes influyen de forma práctica en el grado o nivel de preparación del juego a través de la problemática a plantear a sus estudiantes, y en su andamiaje que se orienta al roll de guía y orientador. En esa preparación, debe tener en cuenta los objetivos y como a través de la actividad se evidenciaran el desarrollo de las distintas capacidades profesionales básicas en sus estudiantes. Fijará las reglas del “juego profesional” en base a esos distintos objetivos, relacionados con la toma de decisiones ante problemas profesionales básicos, las normas de seguridad,  la experiencia profesional en la práctica del trabajo colectivo, la forma de respetar la opinión del otro y otros objetivos en relación con las capacidades, generando actividades pedagógicas dinámicas, sin limitación de tiempo ni espacio.



“Lo lúdico es transversal y tiene que ver con una actitud de libertad para indagar, para plantear alternativas, para generar nuevos roles, lo que hace el hacer más flexible y menos instruccionista”  Fernando Bordignon – UNIPE


[1] LO LUDICO COMO COMPONENTE DE LO PEDAGOGICO, LA CULTURA, EL JUEGO Y LA DIMENSION HUMANA. Tomado de: Marco teórico investigación sobre la dimensión Lúdica del maestro en formación 2009. Autores: Esp. Jaime Hernán Echeverri Esp. José Gabriel Gómez







jueves, 11 de julio de 2019

Espacio de aprendizaje para el desarrollo de proyectos tecnológicos

Espacio de aprendizaje
Un espacio de aprendizaje no es solo un lugar físico, sino que es el momento en donde se crea la situación de aprendizaje. En la mayoría de los casos, cuando nos referimos al aprendizaje de estudiantes del taller del primer ciclo, somos los docentes quienes nos encargamos de crear ese espacio de aprendizaje, y para que los estudiantes se sientan en el centro del mismo, este espacio debe contar con recursos que le ayuden en su aprendizaje autónomo, considerando las características y los requerimientos de los sujetos educativos, estudiantes y docentes, este espacio deberá ser propicio, para la interacción participativa, equitativa y colaborativa en la que los sujetos intercambien sus conocimientos.
En esta responsabilidad de creación del espacio de aprendizaje los docentes debemos conocer las características generales y particulares de nuestros jóvenes estudiantes. Es muy común después de clases de cualquier asignatura escuchar en la sala de profesores, a docentes formular quejas y lamentarse  en relación a que algunos estudiantes no leen los que les mandan leer, no tienen interés, no estudian, no preguntan en clase ni fuera de clase (salvo raras excepciones), no saben o conocen acerca de muchas situaciones que los educadores presentamos en clase, no tienen un vocabulario adecuado, no tienen significados para muchas palabras y otras cuestiones que perciben muchos docentes comprometidos con su tarea. Y no pasa que los docentes busquen palabras rebuscadas y situaciones insostenibles que dificulten la comunicación, pero para que exista comunicación real deben existir significados similares o semejantes, debemos hablar un mismo idioma, un mismo lenguaje, vivir en un contexto de clase o aprendizaje significativo para nuestros estudiantes.

Hoy la motivación de nuestros jóvenes parece rondar en otras realidades o situaciones, viven con múltiples ventanas abiertas recopilando información que poco se ensambla con la recopilada en la escuela. Por otro lado enseñamos como aprendimos y el sujeto de aprendizaje que conocemos está más relacionado con nosotros mismos que con nuestros estudiantes, por tal razón es importante descubrir que los motiva y esa motivación orientarla para el desarrollo de capacidades profesionales básicas de nuestros estudiantes.  


En la actualidad la conectividad y las tecnologías digitales  generan muchas oportunidades para desarrollo de las nuevas generaciones, los jóvenes viven con un abanico de ventanas abiertas percibiendo distintos tipos de información, que deben convivir con la información que perciben del mundo que tradicionalmente conocemos los adultos por real. Hoy para nuestros estudiantes el mundo real es donde se efectúa esa convivencia de modo natural. El desafío para la educación técnico profesional es  aprovechar esa capacidad natural de nuestros estudiantes para profundizarlas y para el logro del desarrollo de otras capacidades profesionales básicas que serán las bases para otras más complejas que deberán desarrollar en el ciclo superior.


Otra motivación de nuestros jóvenes radica en la participación, en ser parte de algo, y eso lo observamos a través de las redes sociales y a la construcción colectiva que realizan en diferentes foros y espacios de su interés.  
En la mayoría de los casos los estudiantes de primer ciclo no tienen muy claro a que vienen a la escuela técnica, entienden la tecnología como lo complejo, lo electrónico, lo eléctrico, lo nuevo. Poco saben de qué todo lo que los rodea hecho por el hombre es tecnología, que surgió a través de alguna demanda o necesidad.  Llegan con muchas expectativas y motivados por un mundo tecnológico que los atrae, con el cual conviven sin comprenderlo del todo.

Los primeros días que los estudiantes entran al taller de la ETP, no les alcanzan los ojos para deslumbrarse con las maquinas, las herramientas, con los procedimientos y actividades que realizan compañeros de ciclos superiores. Ingresan a un mundo tecnológico que con el correr de los años los va llevar por el camino de la profesionalidad, aunque gran parte de los estudiantes sienten que ese camino poco se relaciona con la expectativa y motivación con la que llegaron a la escuela técnica, con ese mundo de afuera, que por lo general se relacionan más llegado el final de su trayectoria.   

Entorno formativo

Cuando miramos el aula taller del primer ciclo que se encuentra en gran parte de nuestras instituciones, podemos observar la distribución de mesas de trabajo o maquinas herramientas de forma particular, cuya característica principal se basa en la enseñanza de la técnica o de un proceso de fabricación específico, este modelo, se viene repitiendo desde los orígenes de la escuela técnica, pensado para un patrón determinado de aprendizaje, en el que el profesor es el centro del conocimiento.




Estos espacios están orientados a fin a unas determinadas metodologías de trabajo en las aulas, que consisten, básicamente, en el trabajo individualizado del alumnado, adoptando una actitud de oyente, observador y replicador. Su misión es recibir y aceptar los conocimientos que le vienen dados del profesor o profesora durante las clases. Por ello su disposición en ya sea morsas de banco, computadoras, maquinas herramientas, pupitres y otros,  están aislados y con poca relación con el resto de compañeros en la construcción colectiva del saber, lo que prácticamente los obliga a trabajar de manera independiente, sin existir apenas interacción entre ellos. 



Las características de estos espacios formativos del taller de la escuela técnica, están fuertemente ligados, con los desafíos productivos que se fueron dando en el país durante los años. En algunas ocasiones, anticipando esos desafíos productivos, en otros paralelamente a ellos y también en muchas ocasiones, dando respuesta a sus exigencias, las cuales, por lo general tienen relación intrínseca con el desarrollo tecnológico.
Este tipo de arquitectura didáctica crea un medio ambiente para el desarrollo de un sin número de capacidades  profesionales básicas, sin embargo debido al avance que ha tenido la tecnología en las últimas décadas, resulta insuficiente para el desarrollo del total de las capacidades básicas que deben desarrollar nuestros estudiantes en la actualidad.
Esto nos posiciona en la responsabilidad de la creación de arquitecturas nuevas, que creen un medio ambiente educativo de mejor calidad acorde con un desarrollo tecnológico permanente, junto a las innovaciones pedagógicas y curriculares orientadas a este desarrollo tecnológico. Un medio ambiente educativo donde los estudiantes del primer ciclo puedan desarrollar las capacidades profesionales básicas plenamente.

Espacio de aprendizaje para el desarrollo de proyectos tecnológicos

Desde el punto de vista metodológico, existen una gran cantidad de herramientas procedimentales que se utilizan a la hora de trabajar en el taller del primer ciclo; pero, la que encierra mayor nivel de integración operacional, es la que denominamos Proyecto Tecnológico, a partir de la cual es posible resolver problemas de manera eficiente y ordenada, desde un encuadre sistémico. Gran parte de la riqueza formativa de un proyecto tecnológico se halla en los modos y formas en el cómo los alumnos y alumnas llevan adelante las diferentes actividades necesarias para su concreción.
Cuando pienso en un espacio de aprendizaje donde los estudiantes desarrollen proyectos tecnológicos, aplicando saberes relacionados  a las capacidades desarrolladas en la escuela técnica, pienso en un lugar donde conviven técnicas y saberes de fabricación manual y digital, así como otras técnicas y saberes relacionados con el diseño, la programación, la organización, la gestión, la comunicación, generando una red que hagan posible la creatividad e invención, a través de herramientas de fabricación digital y las de fabricación convencional.

Entonces me imagino un espacio físico donde los jóvenes puedan desarrollar diferentes técnicas operativas para resolver un problema en común, un problema tecnológico que va dar respuesta a una necesidad.  


Para organizar este espacio de aprendizaje y añadir las distintas máquinas y equipamientos básicos para empezar a trabajar, debemos pensar un entorno formativo destinado a los procesos de fabricación en donde estarán ubicadas las máquinas más ruidosas y sucias en una zona separada y con ventilación adecuada. Esta será la zona del taller de fabricación (Zona Sucia), donde se genera polvo u otros elementos nocivos. También debe existir una zona limpia, en donde se  ubicaran los ordenadores y también donde se materializaran o ensamblaran los proyectos o prototipos.


Este espacio de aprendizaje debe poseer colores vivos y estar muy iluminado, debe ser un espacio donde los estudiantes quieran estar, un espacio diseñado para ellos y que garantice la creatividad, la innovación y sea el lugar donde convergerán las capacidades tradicionales e innovativas a través del proyecto tecnológico.   

La zona sucia estará dividida en 2 partes, una de acceso común destinado a los procesos de fabricación manual y la otra de acceso controlado donde se realizaran los procesos de fabricación  digital más complejos.


La zona limpia deberá estar separada físicamente de la zona sucia por una o más puertas, para evitar que todo se llene de virutas, polvos u otras sustancias que afecten los equipamientos más delicados.
En la zona limpia se ensamblaran los prototipos que los estudiantes realizaran en equipo a fin de dar respuesta a las problemáticas planteadas por el o los docentes, para tal fin el espacio deberá tener bancos de trabajo que permitan el debate, la puesta en común y la construcción colectiva. 


Además también tendrá que poseer ordenadores de escritorio y portátiles para poder realzar la programación de los prototipos  y los diseños de los mismos así como la programación de los equipos de fabricación digital, una pizarra digital interactiva y pantallas interactivas tipo  Smart ya que son muy importantes a fin agilizar el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Estos equipos deben poseer un sistema de reconocimiento de toque ofreciendo la posibilidad de usar diferentes herramientas a la vez, así como escribir, ver vídeos, realizar búsquedas colectivas, trasladar objetos y borrar sin tener que seleccionar nada en la pantalla. 


Este espacio será en donde se realice las etapas de diseño, ensamble y evaluación del prototipo. También será un espacio para la reflexión colectiva, la organización y gestión del proyecto tecnológico.  







Este Este espacio debe ser propicio para el modelado y la simulación lo que implicara necesariamente tener equipamiento adecuado para la representación de un sistema real en cierto formato determinado. Esta simulación de la realidad será el procedimiento a través del cual se pondrá a prueba el o los sistemas que forman parte del prototipo antes de fabrícalos y ensamblarlos.


Este espacio de desarrollo de saberes debe garantizar el tránsito de los estudiantes y del docente, de forma cómoda y segura, debido a que los jóvenes realizaran desplazamientos desde sus mesas-base de trabajo hacia otros sectores o zonas, en donde se encuentran distintos equipos o máquinas que eventualmente utilizarán para realizar operaciones durante la etapa de  ejecución del proyecto.


En ocasiones, estos desplazamientos, los realizaran sosteniendo materiales o herramientas entre sus manos, por lo que un recinto demasiado pequeño no solo se torna incómodo, sino que además es inseguro y riesgoso.
La selección del mobiliario tendrá que contemplar criterios básicos de robustez y de seguridad; asimismo, la distribución del mismo y del equipamiento en general,  debe ajustarse los lineamientos señalados para asegurar el transito cómodo  de  alumnos y alumnas. Otra cuestión a tener en cuenta, es el de evitar, además, muebles de perfil agudo que pudieran infringir daños accidentales a los usuarios.


La zona sucia estará dividida en 2 partes, una de acceso común y otra de acceso controlado. En la zona de acceso común, hay mesas de trabajo con diferentes herramientas manuales y maquinas herramientas.
La característica de las herramientas deberá ser variada, debido a los procedimientos técnicos de fabricación que deban ejecutar, las que dependerán del año de estudio de los estudiantes, de los materiales y las técnicas operacionales que deban ejecutar, e incluso del proyecto que estén realizando.
Este tipo de herramientas, son clásicas dentro del taller del primer ciclo de la escuela técnica, y los procedimientos que involucran sus usos deben ser ejecutadas en condiciones de iluminación y ventilación adecuadas.  En tal sentido, es aconsejable una iluminación bien distribuida que aproveche un buen flujo luminoso sobre las zonas de trabajo. El acondicionamiento de la iluminación en este espacio de aprendizaje tiene por objeto favorecer la percepción visual con el fin de asegurar la correcta ejecución de las tareas y la seguridad y bienestar de nuestros estudiantes, ya que una iluminación deficiente puede propiciar errores y accidentes, así como también la aparición de fatiga visual y de otros trastornos visuales y oculares.

Otra cuestión a tener en cuenta al proyectar esta zona, se relaciona con los sistemas de ventilación necesarios para mantener una adecuada calidad del aire y conservar un ambiente saludable. Este espacio de trabajo puede resultar sensible a  un cierto nivel de contaminación procedente de los procesos de mecanizado, humos de soldaduras y actividades; lo que requerirá la incorporación de, al menos, un extractor de aire en el recinto de trabajo, en donde fuese pertinente de las actividades a desarrollar.



En esta zona de trabajo, los estudiantes deberán realizar técnicas operativas de fabricación manual, como pueden ser el limado, agujereado, roscado, torneado, cepillado, soldado, fresado y otras técnicas tradicionales en nuestras escuelas técnicas.
En esta zona de trabajo el mobiliario deberá observar la condición de robustez en relación al tiempo estimado de uso, la cantidad de estudiantes, las operaciones de trabajo que se realizaran, y en el caso de que los mismos sean base de alguna maquina  o herramienta, las características de las mismas, etc.


En la zona de uso controlado estará ubicados los equipos de fabricación digital sustractiva y fabricación digital por corte. También podrán estar ubicados los equipos de fabricación digital aditiva, dependerá de las características de los equipos.
Este espacio será de uso controlado debido a la complejidad y seguridad que requieren los procesos de sustracción (Cortadoras láser, fresado, etc.) 


Cada zona deberá poseer los extintores adecuados en base a sus características, así como las señalizaciones adecuadas. El trabajo en los laboratorios y talleres requiere la observación de una serie de normas de seguridad que eviten posibles accidentes debido a desconocimiento de lo que se está haciendo o a una posible negligencia de los alumnos y alumnas que estén en un momento dado haciendo las prácticas. Debe existir un documento escrito que explique las características de laboratorios y talleres y determine las medidas de seguridad existentes en los mismos (La norma IRAM 3585 elaborada en 1990 “GUÍA PARA LA SEGURIDAD EN TALLERES DE ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS”) .Debe existir equipamiento suficiente (en número y uso) para las diferentes tareas desarrolladas en relación a los equipos de protección Individual, etc.
El espacio de aprendizaje para el desarrollo de proyectos,  deberá ser un espacio de construcción activa, donde los estudiantes interactúan en un entorno tecnológico que los representa, que los interpreta, que los entretiene, donde desarrollan las potencialidades humanas que hacen a la creatividad, la innovación y la inventiva, un espacio para el desarrollo colectivo del saber.

La articulación de las distintas zonas de trabajo en torno a proyecto en común, sirve de columna vertebral al proyecto de articulación de los diferentes espacios formativos. Esta sinergia de interdisciplinares, donde la coincidencia de individuos de diferentes saberes, derivará en un resultado inesperado en función del conocimiento colectivo.